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AQUALAND

El agua siempre ha ejercido una fuerte fascinación en mí, tanto física como conceptualmente, en todas sus versiones y contextos. En un preciso instante y lugar, revela todo tipo de patrones, pues tiene su propio ritmo y vida, además de ser altamente impresionable y eternamente cambiante.

 

Puedo pasar incontables horas admirando sus infinitas formas, movimientos, efectos y reflejos, hipnotizada tras la intimidad del lente de mi cámara, embebida en una búsqueda permanente por intentar capturar y decodificar, conocer y comunicar algo de su esencia insondable… Una de las maravillas de la fotografía es que permite capturar instantes fugitivos –que, de otra manera, quedarían impregnados únicamente en la retina del espectador, para caer progresivamente en el olvido–, posibilitando el rescate visual de esta fugacidad de las cosas efímeras, fijándolas “para siempre” en una imagen reveladora. Nos permite la ilusión de “poseer”, o al menos admirar, detallada y sostenidamente, un pedacito del misterio. 

"No se puede entrar dos veces en el mismo río".

_Heráclito

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